Rusia, China y varios países euroasiáticos podrían cambiar las reglas del juego en el comercio mundial. El 14 de marzo se produjo una reunión entre autoridades financieras de China y la unión económica euroasiática, en la que se evaluó dar los primeros pasos para sentar las bases de una nueva moneda internacional, cuyo valor en el mercado se fijaría en función del peso a las monedas nacionales de los países participantes y de los precios de diversas materias primas.
Aunque todavía falta mucho para que se materialice si es que lo hace la actual situación geopolítica mundial podría acelerar el proceso significativamente.
La unión económica euroasiática se estableció en 2015 y está integrada por Rusia Bielorrusia Armenia Kazajistán y esta una comunidad económica integrada por Rusia y varios países cuyo nombre termina en istan.
Además este proyecto lógicamente podría traer a otros países de la región entre ellos algunos que de hecho ya son observadores en la unión económica euroasiática, como Moldavia y Uzbekistán, también a los miembros de la Organización de cooperación de Shanghai que incluye además de China e India y Pakistán así como otras naciones que no pertenecen a esas comunidades político financieras, pero pudieran sentir que el nuevo proyecto de divisar podría beneficiar los Siria y Líbano o potencias petrolera regionales como Irak e Irán.
